sábado, 24 de noviembre de 2012

Dicen que solo se mueren las cosas que se olvidan...



Dicen que cuando se va alguien es para dejar un hueco para un futuro humano. Pues siento deciros que sí, que es verdad. El 24 de noviembre de 1996, el cielo dejo de ser azul pastel y ese día se convirtió grisáceo. Un maldito cáncer de pulmón acabo contigo y se llevo a un hombre muy importante en nuestras vidas. A un sobrino, a un hermano, a un padre, a un abuelo… Es increíble cuantas cosas puede llegar a ser una sola persona y eso que simplemente son etiquetas.

Te fuiste dejando a tu mujer y a tus 5 hijas solas. La mayor estaba casada y embarazada de tu segunda nieta mientras que la pequeña, estaba acabando la carrera. Te fuiste sin tener la oportunidad de conocer a tu segunda nieta por pocos meses así que por esa parte, me puedo sentir afortunada ya que he sido la única que te ha conocido en persona pero lamentablemente no puedo acordarme de nada.
Mi madre cada 24 de noviembre me cuenta la misma historia, me la ha contado tantas veces que ya creo recordarla. Me cuenta que una tarde de diciembre estaba paseando con tu mujer y pregunte por ti. Imagínate la cara de tu mujer al oír eso, se me empeño que quería pasar esa tarde contigo pero tú ya  no estabas. Yo no entendía porque no podía estar contigo ya que tenía dos años, así que me puse a llorar de tal forma que me  tuvo que llevar a casa, ella no podía soportarlo; te habías ido tú y lo que menos necesitaba era verme  llorar por no poder pasar una tarde contigo.

Desde aquel 24 de noviembre la familia ha crecido mucho. Tu hija mayor va a cumplir media década este año y la pequeña, la que estaba acabando la carrera de derecho, tiene hoy 33 años y dos hijos, uno de ellos nacido el 24 de noviembre de 2007. Te fuiste con una nieta y ahora tienes 12, la pequeña de la familia con pocos días de vida mientras que la mayor hoy tiene 18 y medio, madrina de una de tus  nietas, residente en Italia y a la que lamentablemente, solo puede verla 2 veces al año. Así que, que no nos hablen de “echar de menos”.

Explícame que se le puede decir a una niña de 4 años cuando te dice que ella de mayor va a ser “constructora” para construir unas escaleras lo suficientemente largas como para visitarte porque a mí, sinceramente, me dejo en blanco. Hoy, 24 de noviembre del 2012 cumple cinco años y sigue en sus trece respecto a su futuro como constructora, no da de sí.

Llegan las navidades, una fecha muy especial ya que nos juntamos todos y volvemos a esa casa donde tu un día viviste y lo intentamos celebrar lo mejor posible, con una gran sonrisa, pero tú no te preocupes, solo se mueren las cosas que se olvidan, así que  tu  no vas a morir nunca porque nosotros nunca te vamos a olvidar.


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